martes, 27 de enero de 2009

El crimen, mejor organizado que los Estados: Calderón

PANAMÁ, Panamá, (EL UNIVERSAL).- Con el fin de enfrentar el narcotráfico, el terrorismo y el tráfico de armas y personas, que amenazan la gobernabilidad y la paz de la región, los gobiernos de cuatro naciones de Latinoamérica, acordaron una estrategia común para combatir a los entes criminales que, según reconoció el presidente Felipe Calderón, están mejor organizados que los Estados afectados.


Este plan deberá estar sustentado en un amplio tratado o en una serie de acuerdos administrativos, se concluyó en esta cumbre de sólo cuatro horas, en la que participaron los presidentes de México, Felipe Calderón; Colombia, Álvaro Uribe; Panamá, Martín Torrijos, y Guatemala, Álvaro Colom.

Calderón reconoció que la delincuencia organizada ha escalado a otras actividades como el robo, el control de giros negros, el secuestro y la extorsión, "siempre bajo la misma lógica de control territorial y de intimidación a la sociedad.

"La dificultad que enfrentamos es que aún a nivel trasnacional, continental diría yo, la criminalidad está, como su nombre lo indica, organizada y los Estados miembros de esta comunidad continental aún no lo estamos entre nosotros mismos", declaró el mandatario mexicano.

Los cuatro presidentes determinaron recopilar los acuerdos bilaterales y multilaterales existentes para enfrentar estos flagelos para, en un futuro próximo "concretar la suscripción de un instrumento jurídico único y abierto a la firma de otros países de la región".

El fin es llegar a un "tratado o acuerdos administrativos para contar con protocolos, obligaciones, modos de entendimiento de autoridades judiciales de los países", precisó Calderón, en este encuentro que se realizó en un hotel de esta capital y al que se le denominó Jornada Presidencial contra la delincuencia organizada.

Además, dieron instrucciones a sus equipos de trabajo para coordinarse y "sumar investigaciones financieras y patrimoniales concernientes a las organizaciones criminales que tengan presencia en cada uno de los países".

En el documento final los mandatarios reconocieron que esta lucha contra el crimen genera costos y sacrificios humanos, pues tiene una naturaleza "destructiva y desestabilizadora" pues hace uso "intensivo y deliberadamente cruel del terror, la intimidación, la corrupción y la violencia"

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