martes, 27 de enero de 2009

Convierten Washington en 'río de expectativas'

Atestiguan millones en la capital de EU asunción presidencial que hará historia


Alberto Armendáriz/Agencia Reforma


WASHINGTON, Estados Unidos, - Llegaron desde todos los rincones del país, armados con gruesas chamarras y un entusiasmo a prueba de todo para desafiar las gélidas temperaturas de esta capital y ser testigos de la asunción del primer Presidente negro de Estados Unidos, Barack Obama.


Colmados de visitantes, miles de autobuses arribaron ayer a Washington, bloqueando calles y convirtiendo las avenidas en torrentes de gente, sobre todo afroamericanos.

"Tenía que venir a sentir la energía de la multitud", aseguró a REFORMA la pastora metodista Towanda Tilson, de 35 años, quien llegó temprano desde Philadelphia con dos amigas. Al mediodía estaban frente al Congreso tomándose fotos haciendo la V de la victoria, en el lugar donde hoy se realizará el juramento de Obama.

Entre los cientos de miles de personas que pese al frío se paseaban por el Mall capitalino, Gino Warner, de 48 años, y su esposa, Melva, de 47, cargaban orgullosos en hombros a sus hijos Nyega, de 13, y Malik, de 10. Condujeron diez horas desde su natal Atlanta, Georgia, para estar presentes.

"Creciendo en los 60, sufrimos discriminación por ser negros. Nos parece esencial que entiendan el logro de Obama y lo que representa para ellos y las generaciones futuras de afroamericanos", destacó Warner, arquitecto, abriéndose camino entre los vendedores de souvenirs de Obama.

El olor a castañas tostadas inundaba la Avenida Pennsylvania por la que hoy pasará el desfile presidencial rumbo a la Casa Blanca. A sus flancos, los baños portátiles y las enormes tribunas estaban listas para recibir a miles. En una de ellas descansaba un grupo de indígenas de la tribu shoshone-bannock, de Idaho, muy emocionados por conocer Washington.

"Por muchos años, el Gobierno federal le ha faltado al respeto a las comunidades nativas y, durante la campaña, Obama se preocupó por visitarnos y escuchar nuestras inquietudes. No podíamos faltar a esta celebración que tantas esperanzas genera en nuestra gente", señaló el consejero tribal Nathan Small, de 58 años, alzando su voz por sobre el ensordecedor ruido de sirenas de los convoyes de seguridad.

Unos dos millones de personas presenciarán hoy en el Mall el traspaso de poder. Con tanta gente, el sistema público de la ciudad, incluido el metro, estaba ayer al borde del colapso. En las estaciones cercanas al Capitolio se permitía el ingreso gratuito para agilizar el flujo de gente.

Misión virtualmente imposible era conseguir un taxi, y por eso pronto se vio a un ejército de bicitaxistas dispuestos a hacerse su agosto.

"No se trata sólo de sacar dinero, sino también es una forma de servicio público, como el que nos está pidiendo Obama para mejorar la economía", resaltó Thomas Adamas, de 32 años, quien amenizaba el frío trayecto de dos mujeres de California con bromas sobre el Presidente saliente, George W. Bush.

Así lo dijo:

"Obama se preocupó por visitarnos y escuchar nuestras inquietudes. No podíamos faltar a esta celebración que tantas esperanzas genera en nuestra gente".

Nathan Small

Consejero de la tribu shoshone-bannock, de Idaho

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