"Parece que se deja de lado el protocolo cuando los Obama están aquí", lamenta el Times, refiriéndose al convite real en la residencia londinense de Isabel II en honor a los dirigentes que participaban en la cumbre del G20.
La Reina hizo un gesto con la mano, como si fuera a rodear la cintura de Barack Obama, y la Primera Dama estadounidense consideró oportuno responderle con un abrazo campechano en el más puro norteamericano a la monarca.
Aunque la Reina pueda tocar a sus invitados, este trato está prohibido en sentido contrario y pocos se atrevieron a saltarse las normas en el pasado.
Los diarios británicos habían fustigado al ex primer ministro australiano Paul Keating en 1992 por haberse atrevido a envolver con su brazo a Isabel II, llegando a colgarle el apodo de "el lagarto".
El ex presidente francés Jacques Chirac, más respetuoso con el protocolo, se las vio y se las deseó en 2004 para guiar a la monarca sin tocarla, y a pesar de ello fue criticado en la prensa por haber casi rozado a la Reina.
Un abrazo "es una ruptura de lo que se considera el protocolo apropiado cuando uno se reúne con la Reina", recuerda el Daily Telegraph.
"El presidente estadounidense y su esposa parecen muy distendidos en compañía de la Reina y del duque de Edimburgo", el príncipe consorte, subraya el Times, recalcando: "Antes de marcharse, la señora Obama dijo a la Reina: +Me ha gustado mucho nuestro encuentro+".
De todos modos los diarios no pasan por alto el ambiente amistoso de esta reunión entre los Obama y la Reina y todos ellos mencionan los regalos que se hicieron los unos a los otros: Barack Obama obsequió un iPod personalizado a la Reina, que a su vez le dio una fotografía de la pareja real.
La BBC añade que la Reina le pidió a Michelle Obama que "le diera noticias suyas".
La Reina hizo un gesto con la mano, como si fuera a rodear la cintura de Barack Obama, y la Primera Dama estadounidense consideró oportuno responderle con un abrazo campechano en el más puro norteamericano a la monarca.
Aunque la Reina pueda tocar a sus invitados, este trato está prohibido en sentido contrario y pocos se atrevieron a saltarse las normas en el pasado.
Los diarios británicos habían fustigado al ex primer ministro australiano Paul Keating en 1992 por haberse atrevido a envolver con su brazo a Isabel II, llegando a colgarle el apodo de "el lagarto".
El ex presidente francés Jacques Chirac, más respetuoso con el protocolo, se las vio y se las deseó en 2004 para guiar a la monarca sin tocarla, y a pesar de ello fue criticado en la prensa por haber casi rozado a la Reina.
Un abrazo "es una ruptura de lo que se considera el protocolo apropiado cuando uno se reúne con la Reina", recuerda el Daily Telegraph.
"El presidente estadounidense y su esposa parecen muy distendidos en compañía de la Reina y del duque de Edimburgo", el príncipe consorte, subraya el Times, recalcando: "Antes de marcharse, la señora Obama dijo a la Reina: +Me ha gustado mucho nuestro encuentro+".
De todos modos los diarios no pasan por alto el ambiente amistoso de esta reunión entre los Obama y la Reina y todos ellos mencionan los regalos que se hicieron los unos a los otros: Barack Obama obsequió un iPod personalizado a la Reina, que a su vez le dio una fotografía de la pareja real.
La BBC añade que la Reina le pidió a Michelle Obama que "le diera noticias suyas".
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