En medio de inconformidades de algunos miembros de la comunidad artístico cultural, el nuevo director de la Casa de la Cultura de Juchitán, Vidal Ramírez Pineda, tomó protesta, sin la presencia de ningún representante del gobierno federal, estatal y municipal, aunque sí recibió el apoyo de la mayoría de los trabajadores de la institución.
ROSELIA CHA'CA/ CORRESPONSALJUCHITÁN
El escritor Jorge Magariño irrumpió la toma oficial de protesta del nuevo director para señalar que éste no fue elegido democráticamente por los 18 trabajadores con que cuenta el organismo mucho menos por toda la comunidad cultural, sino que fue impuesto con "mentiras, engaños y madruguete" de parte de Yolanda Gómez, coordinadora de la máxima casa de cultura, y Guillermo Coutiño Archila, coordinador de proyectos de la institución.
El poeta juchiteco señaló que muchos miembros de la comunidad cultural reclaman la apertura de un proceso de reflexión, en el cual se analice la situación de la Casa de Cultura, antecedentes, actualidad, perspectiva, después de ello, se tendría que acordar el método para la designación de un nuevo o nueva directora y no "proceder con la imposición".
"En ningún momento los trabajadores de la Casa de la Cultura votaron para aprobar que Vidal Ramírez fuera candidato a la dirección. Antes bien Archila y Yolanda fueron quienes lo presentaron como la mejor opción por poseer el más alto perfil para asumir ese cargo. No existe acta que de fe de decisión alguna acerca de esto, según afirman los propios trabajadores", expresó a los invitados presentes en el acto.
Ante los señalamientos vertidos en su contra, Yolanda Gómez y Guillermo Archila, señalaron que existen actas donde los trabajadores firmaron la propuesta de Vidal Ramírez como director, por su trayectoria a favor de la promoción cultural demás de 20 años y "nunca impusieron a nadie".
"El compañero Jorge Magariño está mal informado, nosotros tenemos documentos donde se presenta a Vidal Ramírez como la propuesta de los trabajadores. Hace años, la comunidad cultural designó a Desiderio de Gyvés como director pero nunca lo respaldaron para sacar del bache a la institución; hoy, los trabajadores decidimos elegir un director, creo que merecemos la oportunidad", manifestó Yolanda Gómez.
Por su parte, Guillermo Coutiño Archila lamentó la "actitud de confrontación" asumida por el escritor Jorge Magariño, quien "emulando la época panfletaria de la COCEI" repartió volantes a los invitados, donde se le acusaba de imponer al director por intereses personales.
"A Magariño le ganó el resentimiento y el rencor, por eso actuó de esa manera, él tiene todo el derecho de manifestar sus opiniones, pero debe de preguntar antes a los trabajadores si de verdad el ayuntamiento ya les pagó el salario, porque realmente no se les ha pagado como le mal informaron.", expresó el antropólogo.
Coutiño Archila resaltó que efectivamente la Casa de la Cultura de Juchitán no avanzará en su rescate si no participan, además de las instancias de gobierno la sociedad civil y toda la comunidad cultural, por eso se lanzó el proyecto de conformar una asociación civil que refuerce el trabajo del director y ayude a recabar recursos e impulsar proyectos culturales.
Lo cierto de todo es que la Casa de la Cultura, conformada a iniciativa del pintor Francisco Toledo en 1972, desde hace años decayó en la calidad de sus proyectos y propuestas culturales por la falta de apoyos económicos a raíz de su descentralización y apatía de la propia comunidad desencantada; tan es así que ni las autoridades de la Secretaría de Cultura del Estado ni los ayuntamientos le inyectan apoyos y prefieren dejarla morir ante la lucha de poder que se desencadena entre todos los que pretenden administrarla para bien o para mal.
ROSELIA CHA'CA/ CORRESPONSALJUCHITÁN
El escritor Jorge Magariño irrumpió la toma oficial de protesta del nuevo director para señalar que éste no fue elegido democráticamente por los 18 trabajadores con que cuenta el organismo mucho menos por toda la comunidad cultural, sino que fue impuesto con "mentiras, engaños y madruguete" de parte de Yolanda Gómez, coordinadora de la máxima casa de cultura, y Guillermo Coutiño Archila, coordinador de proyectos de la institución.
El poeta juchiteco señaló que muchos miembros de la comunidad cultural reclaman la apertura de un proceso de reflexión, en el cual se analice la situación de la Casa de Cultura, antecedentes, actualidad, perspectiva, después de ello, se tendría que acordar el método para la designación de un nuevo o nueva directora y no "proceder con la imposición".
"En ningún momento los trabajadores de la Casa de la Cultura votaron para aprobar que Vidal Ramírez fuera candidato a la dirección. Antes bien Archila y Yolanda fueron quienes lo presentaron como la mejor opción por poseer el más alto perfil para asumir ese cargo. No existe acta que de fe de decisión alguna acerca de esto, según afirman los propios trabajadores", expresó a los invitados presentes en el acto.
Ante los señalamientos vertidos en su contra, Yolanda Gómez y Guillermo Archila, señalaron que existen actas donde los trabajadores firmaron la propuesta de Vidal Ramírez como director, por su trayectoria a favor de la promoción cultural demás de 20 años y "nunca impusieron a nadie".
"El compañero Jorge Magariño está mal informado, nosotros tenemos documentos donde se presenta a Vidal Ramírez como la propuesta de los trabajadores. Hace años, la comunidad cultural designó a Desiderio de Gyvés como director pero nunca lo respaldaron para sacar del bache a la institución; hoy, los trabajadores decidimos elegir un director, creo que merecemos la oportunidad", manifestó Yolanda Gómez.
Por su parte, Guillermo Coutiño Archila lamentó la "actitud de confrontación" asumida por el escritor Jorge Magariño, quien "emulando la época panfletaria de la COCEI" repartió volantes a los invitados, donde se le acusaba de imponer al director por intereses personales.
"A Magariño le ganó el resentimiento y el rencor, por eso actuó de esa manera, él tiene todo el derecho de manifestar sus opiniones, pero debe de preguntar antes a los trabajadores si de verdad el ayuntamiento ya les pagó el salario, porque realmente no se les ha pagado como le mal informaron.", expresó el antropólogo.
Coutiño Archila resaltó que efectivamente la Casa de la Cultura de Juchitán no avanzará en su rescate si no participan, además de las instancias de gobierno la sociedad civil y toda la comunidad cultural, por eso se lanzó el proyecto de conformar una asociación civil que refuerce el trabajo del director y ayude a recabar recursos e impulsar proyectos culturales.
Lo cierto de todo es que la Casa de la Cultura, conformada a iniciativa del pintor Francisco Toledo en 1972, desde hace años decayó en la calidad de sus proyectos y propuestas culturales por la falta de apoyos económicos a raíz de su descentralización y apatía de la propia comunidad desencantada; tan es así que ni las autoridades de la Secretaría de Cultura del Estado ni los ayuntamientos le inyectan apoyos y prefieren dejarla morir ante la lucha de poder que se desencadena entre todos los que pretenden administrarla para bien o para mal.
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