Por: Notimex
Berlín, Alemania
El Ejército alemán reconoció su responsabilidad en el ataque aéreo sobre dos camiones cisterna en el norte de Afganistán que causó la muerte a unos 50 rebeldes talibanes, informó hoy aquí un vocero del Ministerio Federal de Defensa.
"De momento no tenemos conocimiento de que haya víctimas civiles entre los muertos", afirmó el portavoz alemán.
"La protección de civiles tiene la máxima prioridad dentro de las operaciones militares del Ejército alemán. Las investigaciones de lo ocurrido se están llevando a cabo. Creemos que casi todas las víctimas eran combatientes enemigos", añadió.
La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), comandada por Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), investiga en colaboración con las autoridades afganas el ataque aéreo realizado esta mañana por la alianza en la provincia de Kunduz, norte de Afganistán.
La operación se puso en marcha cuando soldados alemanes de la ISAF se dieron cuenta de que dos camiones cisterna cargados de combustible habían sido robados en un falso control de carretera.
El portavoz del Ministerio Federal de Defensa de Alemania explicó que el equipo de reconstrucción alemán en Kunduz solicitó apoyo aéreo para la operación, que tuvo como saldo "más de 50 rebeldes muertos".
Un avión de la OTAN descubrió los dos camiones cisterna robados por los insurgentes al lado de un río. "Un comandante local de la ISAF autorizó el bombardeo después de observar actividad de la insurgencia en la zona y tras evaluar que no había civiles", señaló a su vez la portavoz de la ISAF, Christine Sidenstricker.
El gobernador de la provincia de Kunduz, Mohammed Omar, estimó por su parte el número de muertos en 90, mientras fuentes de la policía afgana señalan que entre las víctimas figuran civiles que se habían acercado a los camiones para intentar hacerse con combustible gratis.
Sin embargo, de momento no se han confirmado esas informaciones.
"No vamos a especular sobre el número de fallecidos. Ahora investigamos las informaciones de civiles muertos en el ataque. Nos tomamos esas informaciones muy en serio", declaró la portavoz de la ISAF.
Según las órdenes emitidas en julio por el general al mando de la ISAF, el estadunidense Stanley McChrystal, se supone que los aviones no deben abrir fuego sino hasta confirmar que no hay posibilidad de que civiles pudieran resultar afectados o que fuerzas amigas estén en peligro inmediato.
Sólo entre enero y mayo pasados, ataques aéreos en la región causaron la muerte de 800 civiles, según los datos de las Naciones Unidas. Esta cifra supone 24 por ciento más que hace un año.
Berlín, Alemania
El Ejército alemán reconoció su responsabilidad en el ataque aéreo sobre dos camiones cisterna en el norte de Afganistán que causó la muerte a unos 50 rebeldes talibanes, informó hoy aquí un vocero del Ministerio Federal de Defensa.
"De momento no tenemos conocimiento de que haya víctimas civiles entre los muertos", afirmó el portavoz alemán.
"La protección de civiles tiene la máxima prioridad dentro de las operaciones militares del Ejército alemán. Las investigaciones de lo ocurrido se están llevando a cabo. Creemos que casi todas las víctimas eran combatientes enemigos", añadió.
La Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), comandada por Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), investiga en colaboración con las autoridades afganas el ataque aéreo realizado esta mañana por la alianza en la provincia de Kunduz, norte de Afganistán.
La operación se puso en marcha cuando soldados alemanes de la ISAF se dieron cuenta de que dos camiones cisterna cargados de combustible habían sido robados en un falso control de carretera.
El portavoz del Ministerio Federal de Defensa de Alemania explicó que el equipo de reconstrucción alemán en Kunduz solicitó apoyo aéreo para la operación, que tuvo como saldo "más de 50 rebeldes muertos".
Un avión de la OTAN descubrió los dos camiones cisterna robados por los insurgentes al lado de un río. "Un comandante local de la ISAF autorizó el bombardeo después de observar actividad de la insurgencia en la zona y tras evaluar que no había civiles", señaló a su vez la portavoz de la ISAF, Christine Sidenstricker.
El gobernador de la provincia de Kunduz, Mohammed Omar, estimó por su parte el número de muertos en 90, mientras fuentes de la policía afgana señalan que entre las víctimas figuran civiles que se habían acercado a los camiones para intentar hacerse con combustible gratis.
Sin embargo, de momento no se han confirmado esas informaciones.
"No vamos a especular sobre el número de fallecidos. Ahora investigamos las informaciones de civiles muertos en el ataque. Nos tomamos esas informaciones muy en serio", declaró la portavoz de la ISAF.
Según las órdenes emitidas en julio por el general al mando de la ISAF, el estadunidense Stanley McChrystal, se supone que los aviones no deben abrir fuego sino hasta confirmar que no hay posibilidad de que civiles pudieran resultar afectados o que fuerzas amigas estén en peligro inmediato.
Sólo entre enero y mayo pasados, ataques aéreos en la región causaron la muerte de 800 civiles, según los datos de las Naciones Unidas. Esta cifra supone 24 por ciento más que hace un año.
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