LOS ANGELES, Cal.- No estamos cerca del cerro del Fortín sino del bulevar Olympic. Ni tampoco próximos a algún adoratorio a la Virgen del Carmen sino de un templo judío. No es, además julio de celebración, sino agosto. Y menos Lunes ( del cerro), sino domingo en el Parque Normandie.
Es Los Angeles, la hidra de mil cabezas, la ciudad más cosmopolita del mundo, donde se hablan más de 80 idiomas. En un sector tendiente al oeste cohabitan dos etnias distintas y distantes: la coreana y la oaxaqueña. Y huele a mole negro y a gorditas, a tofu y arroz al vapor (steam rice). Aquí, en el Parque Normandie, donde los oaxaqueños juegan basquetbol con uno que otro moreno, hoy fue asiento, escenario, del máximo reinjerto cultural oaxaqueño en Estados Unidos: la Guelaguetza.
Y vinieron más de cuatro mil paisanos. Unos desde Baja California. Otros del Norte de California. De San Diego, de Orange, de San Bernardino, de Riverside, de Fresno, de Ventura, de Bakersfield. Todos fueron uno. A la entrada quedaron colgadas las diferencias en el perchero de la indiferencia. Hasta los que no se pueden ver, se juntaron, se rozaron, casi se respiraron en la nuca. Quedó de manifiesto el poder de convocatoria, de unidad y de emoción de esta fiesta del ofrendar, compartir o regalar.
Un acontecimiento en cuya preparación participan, con seis meses de anticipación, unas mil personas, convocadas por la Organización Regional de Oaxaca (ORO), dirigida por Mauro Hernández. De esos, unos 400 son bailarines (as). Todos hacen trabajo voluntario. Las jornadas de fatiga, qué importa, sobre todo en esta ocasión en que había un motivo especial para hacer la mejor de las 23 ediciones anuales que han tenido. Era palpable la expectación por recibir a Gabino Cué, quien es el personaje del momento para el mundo oaxaqueño de Estados Unidos.
“El gober nació en el momento exacto y en el sitio elegido: en el tiempo que la contradicción del PRI dinamitó su presencia en Oaxaca. Y Gabino encabezó el coraje social acumulado en ocho décadas de hegemonía de ese partido”, analizó Lucas Cruz, de la Red de Gabino, cuando el sol era de 30 grados y ponía más morenos a los rostros morenos.
Gabino inició su actividad este día desayunando con unos 40 paisanos en un restaurante oaxaqueño, donde antes estaba, precisamente, un comedero coreano. Y ha sido un éxito.
¡ “WHAT”!
Ahí José González, coordinador del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales, le habló en mixteco. “¡What”!, dijeron quienes voltearon a verlo tan pronto empezó a hablar. No le entendieron ni pio, ni siquiera unos que saben esa lengua, con eso de que son diferentes en cada pueblo. Ya en claro español, con voz de trueno, el dirigente no anduvo con rodeos: “ No vaya a haber otro PRI en el poder. Si quiere que el pueblo lo apoye, usted debe apoyar al pueblo”.
Y Bertha Rodríguez, de esa organización, tampoco se anduvo por las ramas para pedirle a Cué que ponga alto en San Juan Copala y que castigue de a deveras a los culpables de la violencia. Y tampoco se le escapó Ulises Ruiz, a quien pidió un castigo a la altura del daño causado al pueblo de Oaxaca. Fue de las más aplaudidas.
Hubo algunos coladillos, no oaxaqueños, que van a ver que agarran, sobre todo de negocio. Y siempre de lambiscones.
Gabino cae bien porque a todos trata bien. Estrecha la mano. Da palmadas en la espalda. Platica con quien lo saluda. Va a la gente. Se toma foto con todos. Da autógrafos. Ríe. Se quita la chamarra del calor, la lleva en la mano como cualquier parroquiano. Al mirar un guisado de coloradito, dice que regresará por un taco, porque se le antojo. De pié, muy serio, escucha el himno de Estados Unidos. A su lado, entre los asistentes, ya cientos de jovencitos lo cantan, llevándose la mano derecha al pecho como es la costumbre de los estadounidenses. Son chavos gringuitos, con atuendos típicos oaxaqueños, pero con gran sentimiento mexicano, que hablan el inglés y el español. Son los hijos de la migración.
Y ya, con el micrófono, Gabino precisa:
“Un actor político, una figura pública no puede caminar sin visitar a donde estén sus paisanos con el ánimo de compartir sueños, de invitarlos a ser parte de la historia oaxaqueña”.
Por supuesto, no todos lo conocen o reconocen, como la jovencita Maclovia, con atuendo típico oaxaqueño, quien prefirió saborear su tlayuda de tasajo y quesillo, sin importarle que a medio metro a su izquierda estuviera Gabino saludando a los de ese puesto de fritangas.
MIL PAPELES
Gabino con el influyente político californiano Richard Polanco. Gabino con los miembros de la Red de Apoyo, todos de corbata, elegantes, quienes echaron la casa por le ventana para recibirlo el viernes por la noche. Gabino con el concejal Pepe Huizar, del distrito 14 angelino, donde se encuentra el corazón del Este, asiento tradicional de los mexicanos ya que una vez que los mexicanos perdieron este territorio, los anglos los echaron a ese sector. Y allí han vivido desde ese entonces. Gabino con dirigentes. Gabino con las bandas musicales. Gabino con obras de arte y con sus pintores creadores. Gabino con jovencitos músicos de bandas musicales oaxaqueñas, aunque ya casi todos son nacidos en las Tierras del Tío Sam. Gabino escuchando los himnos de México y Estados Unidos. Gabino de orador. Gabino, disputado y visto por todos. Es el centro de la atracción.
Así han sido estos días de Gabino en California, que culminó con la Guelaguetza. Agradeció el voto que le dieron los migrantes para lograr su triunfo electoral. Y por eso vendrá antes de que sea ungido como gober, el 1 de diciembre entrante. Lo hará para sentar las bases de la relación productiva con los migrantes. Ya por la tarde. El dirigente de la Red de Apoyo a Gabino, Felipe López, comunicó que los últimos días de octubre vendrá Gabino para cumplir con las invitaciones que le hicieron. Irá al norte, al centro y al sur de California y se desplazará a Tijuana y al Valle de San Quintín y Maneadero, donde hay más de 40 mil jornaleros oaxaqueños en muy malas condiciones laborales, sanitarias y de vivienda. Son los olvidados del PRI.
Por cierto, López recibió la encomienda de Gabino de ir en su representación a Selma, como a tres horas al norte de Los Angeles, para disculparse porque ayer no pudo ir con unos paisanos que allá trabajan en los campos agrícolas, pero recogió sus propuestas y se las entregó al próximo mandatario.
Ya para terminar su estancia por estas tierras, Gabino dijo que impulsará la Guelaguetza en Los Angeles, para que tenga el mayor alcance posible dentro de Estados Unidos a fin de que sea conocida la cultura oaxaqueña y, al mismo tiempo, sirva para incentivar el turismo hacia Oaxaca.
“Buscaremos cómo redimensionar la fiesta para que sea aprovechada”, fueron sus palabras a manera de hasta pronto.
La palabra cambio quedó clavada como espinita. Y serán recordadas la marcha que le compuso Adolfo Arasen y las rimas del buen Gustavo Vargas Saucedo, un locutor querido por nuestra gente por su simpatía y respeto por el auditorio
Francisco Mendoza
pacorro@aol.com
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